jueves, 22 de julio de 2010

Neuronas espejo y empatía

De repente me han entrado unas terribles ganas de bostezar… ¿te quedas a gusto cuando bostezas, verdad?

Seguro que te habrá resultado difícil evitar el impulso de bostezar que habrás notado sólo con leer la palabra.

Tus neuronas espejo se han activado y han generado en ti la necesidad de hacerlo.

Ellas también son las responsables de que en contra de lo que la mayoría de la gente pueda pensar, las campañas publicitarias dirigidas contra el tabaco tengan tan poca efectividad, incluso sean contraproducentes, ya que activan en el fumador sus neuronas espejo y generan en él el deseo de llevarse un cigarrillo a la boca. Y eso a pesar de las imágenes duras y las advertencias directas que aparecen en las cajetillas de tabaco. ¡Curioso!

Y estas neuronas son las responsables también de una cualidad innata en todos nosotros y que a veces no empleamos lo suficiente: la empatía. Nos alegramos cuando vemos a alguien sonreír o nos emocionamos cuando vemos una escena de amor en alguna película romántica. Es por su culpa por la que tenemos la posibilidad de ponernos en el lugar del otro, de hacer propias sus acciones, sensaciones y emociones.

En demasiadas ocasiones prescindimos de la empatía. Evitamos parar unos minutos a pensar qué lleva a una persona a actuar como lo hace y de este modo comprender algo mejor a los que nos rodean. Si sabemos cuáles son las motivaciones de los demás, podremos comprenderles mejor. Y eso requiere esfuerzo, por supuesto. Así que ¿por qué no dar un poco más de protagonismo en nuestro día a día a estas neuronas?

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