martes, 31 de julio de 2012

Buscando arte

 
Es demasiado tiempo el que llevamos sufriendo los efectos de la crisis. Volver la cabeza hacia otro lado no es solución a nada. El método del avestruz no es en absoluto recomendable. Pero bien es cierto que entre tanta mediocridad, tanto escurrir el bulto, falta de responsabilidad y de sentido común con el que nos obsequian dirigentes, políticos, gestores, manifestantes y agoreros, merece la pena desde el punto de vista de bienestar y salud mental desconectar un poco de esa realidad que constantemente se nos muestra y que no sé quién está empeñado en hacernos pensar que es la única, obviando por error o intencionadamente que hay gente que con grandes dosis de ánimo y amor propio busca alternativas a esa realidad que vende portadas y que se empeña, mal que algunos les pese, en sacar adelante un proyecto, una idea, o un sueño.

Y para un profano en el mundo del arte como yo, nada mejor que girar la cabeza en algún momento del día hacia un libro que es una referencia desde hace décadas para todos aquellos que quieren saber alguna cosa más de un mundo que les es totalmente ajeno: "La historia del arte" de Ernst Gombrich. Creo que merecerá la pena ver desde una perspectiva diferente una realidad a la que hasta ahora no le he dedicado demasiado tiempo.

Welcome Mr. Gombrich.


viernes, 27 de julio de 2012

Encuentra tu grandeza



Hoy es un buen día para volver a escribir en el blog. Empiezan los JJ.OO. y qué mejor ocasión para comentar un anuncio, como no, de Nike. Y es que algo que a veces pensamos tan lejano a nosotros como la grandeza, se encuentra ahí mismo, escondida vete tú a saber dónde, pero esperando a que la dejemos salir. Así es, que le demos la oportunidad de mostrarse. Porque cada uno de nosotros tiene la posibilidad de buscarla. Sólo tenemos que estar convencidos de que la vamos a encontrar. No saldrá por arte de magia, pero nos esperará después de una buena dosis de trabajo, esfuerzo, pasión y ánimo. No hay que desfallecer en el intento, y lo mejor de todo es que mientras la buscamos con convencimiento, damos lo mejor de nosotros mismos. Sin esperar nada a cambio. Sólo para ser conscientes de que cuando lo intentamos, crecemos.

Y es que, a pesar de las dificultades, somos grandes atletas dentro de un estadio que se llama vida.

jueves, 12 de julio de 2012

¿Qué te pides a ti mismo?


Uno de nuestro principales problemas está relacionado con la falta de autoexigencia. Llevamos demasiado tiempo culpando a otros de nuestros males. Constantemente señalamos con el dedo a los demás, especialmente si son políticos o banqueros, como los ogros que guían nuestras vidas hacia el desastre. Por supuesto que tendrán buena parte de responsabilidad en lo que nos está pasando, pero creo que el verdadero problema está fuertemente arraigado en nuestra manera de ser, en nuestra identidad colectiva.
 
¿Cuántos de nosotros realmente tenemos vocación de servicio para con los demás? Creo que en demasiadas ocasiones vemos los problemas de los otros como algo que nos molesta, que no va con nosotros, algo de lo que no nos tenemos que preocupar. Estamos poco implicados, probablemente porque no somos capaces de dedicar el tiempo y el esfuerzo suficiente que conocernos a nosotros mismos requiere. Sin eso estamos perdidos. Sin conocernos a nosotros mismos seremos incapaces de dar a los demás aquello que tenemos la osadía de exigir que nos den.
 
Ahí reside la esencia de lo que somos como sociedad y de esos barros vienen estos lodos. Políticos, banqueros y cualquier conjunto de “enemigos del pueblo” que se nos venga a la cabeza, no han venido de ningún planeta exterior. Son parte de nuestra sociedad y salen de ella. Nosotros los elegimos y nosotros hemos permitido por acción u omisión que hagan lo que hacen y estemos donde estamos.
 
Sólo siendo una sociedad mejor evitaremos que nos sigan pasando estas cosas. Sólo siendo mejores personas conseguiremos una sociedad mejor. Sólo un mayor grado de autoexigencia nos permitirá ser mejores personas.
 
Que así sea.