miércoles, 22 de junio de 2011

Consejos desde la antigua Grecia


Os dejo un par de reflexiones.

"No debemos hacer caso a quienes nos aconsejan pensar como seres humanos, puesto que somos humanos, y pensar en cosas mortales, dado que somos mortales, sino que debemos ser como inmortales en la medida de lo posible, y hacerlo con la intención de vivir de acuerdo con lo mejor que hay en nosotros".

"Hoy en día la mayoría de la gente se inclina por una vida de consumo, y persigue el placer de la riqueza o la fama".

Ambas son de Aristóteles, y me resultan interesantes porque ponen de manifiesto cómo el pensamiento reflexivo es atemporal y ofrece soluciones válidas a problemas contemporáneos.

Hay un libro titulado "Los podcasts de Platón", en el que utilizando las ideas del pensamiento filosófico de los antiguos griegos, se nos ofrecen vías para solucionar problemas que nos encontramos 2.500 años después. Y es que como se menciona en la introducción: "En este mundo hay revoluciones, y la historia puede establecer grandes distancias entre las gentes y los lugares. Pero hay bastantes cosas que permanecen constantes, en particular en el ámbito de las grandes verdades de la vida, para que las utilicemos con buen criterio".

lunes, 20 de junio de 2011

A vueltas con la crisis


Buscar excusas es cómodo. Encontrar a algo o alguien ajeno a nosotros al que poder señalar es fácil. Ver fuera al responsable de nuestros males relaja nuestras mentes y nos sentimos como si nos quitasen un peso de encima. Pero es poco honesto, poco constructivo y la mejor manera posible de volver a repetir nuestros errores.

La crisis que nos afecta tiene su origen en la falta de valores. Todos somos corresponsables de la situación actual a la que hemos llegado. Sin un análisis sereno, honesto y reflexivo de nuestras actitudes en los últimos años nos será imposible que lo que está pasando ahora no vuelva a ocurrir cuando estemos invitados a una nueva fiesta de crecimiento económico.


A lo largo de la historia los episodios de crisis tras crecimientos especulativos de la economía son habituales. No podemos conformarnos con culpar SÓLO a una parte de los que estaban en la fiesta. El resto también nos emborrachamos. Y si no analizamos nuestra manera de actuar individualmente y no nos comprometemos con nosotros mismos y los demás a mejorarla, los tiempos de resaca se volverán a repetir.


Ojalá esto nos sirva para ser más exigentes con nosotros mismos, y proyectar en los demás aquello que individualmente hemos mejorado.


Por el triunfo de la coherencia.

domingo, 19 de junio de 2011

Una sugerencia


El siguiente artículo es atemporal.

El libro del que habla también lo es: "La rebelión de las masas" de Ortega y Gasset.

Que el derecho a la vulgaridad no elimine el potencial que hay dentro de cada uno de nosotros.

sábado, 18 de junio de 2011

a C titud



Actitud con C bien grande de CAPACIDAD. Es lo que hay dentro de cada uno de nosotros para conseguir CAMBIAR aquello que consideremos susceptible de ser cambiado. Pero desde la ACCIÓN y no desde la queja constante y la búsqueda de culpables externos. Esta es la solución cómoda, sencilla y que menos esfuerzo personal supone.

¿Quieres que tu entorno cambie? Pues empieza cambiando tú. LIDERA, sé un ejemplo para los demás. ACTÚA. No te conformes con acampar en la plaza de tu pueblo y esperar a que alguien solucione tus problemas. Si tú no buscas las soluciones nadie lo hará por tí. HAZ y sé el foco del cambio que quieres ver en los demás.

No hay mejor revolución que la que empieza dentro de tí mismo. Sin EXCUSAS.

Manual del perfecto idiota

Hace bastantes meses que sólo tengo 4 puntos en el carnet de conducir (el exceso de velocidad). Hace unas semanas que una conversación con Pili me hico ver que ya era hora de hacer un curso de recuperación de puntos.

Hace sólo unas horas que me preguntaba qué podía yo aprender en una tarde en la que durante seis horas se iban a dedicar a lavarme el cerebro. Mi ego y mi arrogancia estaban tan hinchados que ocupaban buena parte de mi cerebro.

Y como en más de una ocasión no podía estar más equivocado.

Las seis horas de esta tarde han sido de lo más provechosas. He recordado que en bastantes ocasiones nos dejamos llevar por una serie de factores de riesgo que nos ponen en peligro a nosotros mismos y a los demás. Y detrás de ellos siempre está nuestro ego. Nos dejamos llevar por una falsa sensación de seguridad, de autocontrol, de falta de sentido de común, de nulo respeto por los demás, sin considerar las consecuencias de nuestros actos, sin tener en cuenta el mal que podemos causar...

Lo de hoy es un nuevo ejemplo de cómo en ocasiones nos transformamos. A veces cuando estamos al volante, otras cuando creemos que hablamos de un tema que conocemos en profundidad y menospreciamos la opinión de los demás, otras cuando nuestros prejuicios bloquean nuestro entendimiento, otras cuando no somos conscientes de las consecuencias de nuestras acciones o de nuestras palabras.

Si algo he aprendido hoy es que soy un perfecto idiota con una cabeza todavía demasiado llena de prejuicios e ideas preconcebidas.

Intento luchar cada día contra este ego que en más ocasiones de las que me gustaría me vence, aunque a veces parece que se me olvide.

Gracias a Manu (el profe de hoy) por una clase impactante y necesaria. Mañana volveré con ganas de seguir aprendiendo cómo cambiar actitudes negativas al volante y con la intención de poder extrapolarlas a otros ámbitos de la vida.

Os dejo un vídeo de una campaña de tráfico australiana, que con gran crudeza pone de manifiesto cómo nos dejamos engañar por la falsa sensación de que a mi nunca me podrá pasar.




miércoles, 15 de junio de 2011

Inside Job


Este lunes aprobechamos el día festivo en Catalunya para ver un documental altamente recomendable que no te dejará indiferente. En 1 h y 48" hace un repaso por las causas que han originado la crisis actual, y lo explica de forma entretenida y clara. En ocasiones quedas perplejo ante lo que estás viendo, y no puedes evitar una sonrisa que en realidad oculta las ganas de salir corriendo.

Una vez más vemos cómo la codicia y la falta de sentido común y de la responsabilidad se anteponen a otro tipo de valores. Y es que es cierto que esta como tantas otras ha sido una crisis de valores, en la que emborrachados de éxito hemos olvidado quiénes somos y que el crecimiento económico no puede separse del crecimiento humano.

Si tienes ocasión no lo dudes y míralo.