domingo, 24 de octubre de 2010

Optimismo


Estoy leyendo este fin de semana "La fuerza del optimismo" de Luis Rojas Marcos. Hacía semanas que no leía con tanta fluidez un libro. Y es que la manera en que explica cómo una actitud positiva hacia los acontecimientos que nos suceden nos influye, es extraordinariamente interesante.

Por supuesto, no hemos de confundir el optimismo con el pensamiento voluntarista que nos lleva a no evaluar correctamente los riesgos de nuestras decisiones y nos conduce a conclusiones equivocadas; pero el optimismo que no deja de lado las situaciones reales que nos envuelven, nos ayuda a superarnos, nos lanza una cuerda de esperanza a la que podemos agarrarnos para superar las adversidades.

Así que si todavía te planteas qué beneficios puede tener sobre ti una actitud positiva frente a los acontecimientos, no dejes de buscar respuestas en este libro, que como dice en la primera página, está dedicado a los hombres y mujeres abiertos a la idea de que la dicha y la desdicha no dependen tanto de los avatares de la vida como del significado que les damos.

sábado, 23 de octubre de 2010

Esencia en un pequeño frasco...

No he leído el Quijote, pero he tenido la suerte de encontrar este fragmento que sin duda merece la pena:

Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho;

los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones;
nuestros enemigos más fuertes, el miedo al poderoso y a nosotros mismos;

la cosa más fácil, equivocarnos;
las más destructivas, la mentira y el egoísmo;
la peor derrota, el desaliento;
los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor;

las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir las injusticias donde quiera que estén.

¡Cuánto de cierto en tan pocas líneas!


miércoles, 20 de octubre de 2010

Información (o desinformación)

Actualmente los medios tecnológicos a nuestra disposición nos permiten acceder casi de forma inmediata a ingentes cantidades de información. Por supuesto y como siempre, gestionarla y procesarla requiere nuestro esfuerzo, lo que a su vez se traduce en nuestro tiempo.

Curiosamente, si hacemos el ejercicio de cuantificar qué hacemos a lo largo del día con nuestro tiempo, podemos llevarnos alguna sorpresa. Es posible que dediquemos más de lo que nos esperamos a actividades que pueden ser prescindibles o no tan necesarias de nuestra atención como hasta ahora.

Estamos aquí dos días, cuántas veces no hemos escuchado esta frase, así que de ti depende dedicar tu tiempo a actividades que contribuyan a tu crecimiento personal (pero que piden a cambio tu esfuerzo y dedicación) o dedicarte a conocer cuáles son los últimos comentarios de Belén Esteban sobre los problemas que nos acucian.

Tú decides...

jueves, 14 de octubre de 2010

Crisis y Oportunidad


Vivimos una crisis económica. Nada que no sepamos. Numerosos libros, documentales, expertos... que analizan sus causas. Está bien, pero creo que no nos basta sólo con eso. Esta crisis también es una crisis de valores. Nos hemos equivocado. Todos. Nos hemos dejado llevar por la algarabía de la fiesta y en raras ocasiones hemos cuestionado cómo lo estábamos viviendo.

Pero lo bueno de la crisis es que nos permite replantearnos muchas cosas. Empezando por nuestra manera de actuar. Por ejemplo, reducimos el gasto y lo reorientamos y redirigimos a adquirir productos en los que buscamos una mejor relación calidad/precio, valoramos más el servicio postventa, el número de pagos con tarjeta de crédito se reduce, ahorramos más, en definitiva, tendemos a vivir más de acuerdo con nuestros ingresos reales y no con una falsa sensación de riqueza.

Dentro de cada crisis hay latentes un sin fin de oportunidades. Sólo hemos de ser capaces de verlas o de crearlas. Aprovecharemos esta crisis y las que estén por venir, para replantearnos nuestra forma de hacer las cosas, y buscaremos la manera de mejorar. Porque al fin y al cabo, de eso se trata, de no dejar de aprender con lo que nos sucede y aprovecharlo para crecer como personas: en lo bueno y en lo malo.


martes, 12 de octubre de 2010

Etiquetas

Las etiquetas de un determinado producto nos ofrecen información del mismo. En nuestro día a día tendemos también a etiquetar acontecimientos y personas para tener una comprensión más sencilla y rápida de lo que nos sucede.

Pero en esta forma de actuar puede haber una trampa. En más de una ocasión nos dejamos llevar por nuestra tendencia al etiquetado y corremos el riesgo de proyectar sobre las personas características que no son sino simplificaciones propias y sencillas de la realidad. En definitiva abonamos el campo del prejuicio y las ideas preconcevidas, con el consecuente riesgo de interpretar la realidad que nos envuelve como algo inamovible e incuestionable.

"En algún momento, en algún lugar, crees que algo es verdad y te agarras a ello de tal manera que aunque la propia verdad venga a llamar a tu puerta, no le abrirás".

Quizás pues, sea interesante dejar entreabierta esa puerta y no llevarnos por el peso de nuestras etiquetas.