sábado, 25 de diciembre de 2010

Riqueza





¿Eres rico?

Puede que tengas una cuenta corriente con pocos ceros. Una nómina un poco justa y una capacidad de ahorro menor de lo que te gustaría.

Pero tal vez lo compenses con:

Sonrisas constantes
Buen humor
Ganas de mejorar en lo que haces
Curiosidad infinita
Buena conversación
Interés en ayudar a los demás
Ganas de escuchar lo que tienen que contarte
Amabilidad...

Y si es así,
quizá seas mucho más rico de lo que piensas.

¡Feliz Navidad a todos!


-- Desde Mi iPad

martes, 7 de diciembre de 2010

¡Sálvate!


Esta tarde mientras leía el último libro de Marc Vidal, no he podido evitar alzar la vista y ver un curioso anuncio de un juego de mesa de uno de los programas del corazón que mejor funciona en las sobremesas de nuestra excepcional televisión. Parece que se trata de una especie de Trivial, pero las preguntas deben tratar sólo temas relacionados con la prensa rosa: ¡Maravilloso!

Casualmente hoy se publican los resultados del último informe PISA en el que, para variar, no salimos muy bien parados. Es curioso, pero no por repetido, deja de llamar la atención. Formamos parte de una sociedad anestesiada. Vamos pasando los días con cuatro ideas, unos cuantos estereotipos y conversaciones que giran en torno a los últimos resultados de fútbol. Nada que decir, si formasen parte de un bagaje mucho más amplio. Pero lamentablemente no es así.

Nos estamos confundiendo con los modelos. Poco podemos esperar de una sociedad en la que el valor del éxito y el triunfo se mide por los minutos de TV en unos programas que poco ayudan a enaltecer el alma.
Sin embargo entre tanta mediocridad, sigo confiando en que llegue el día que vea a los jugadores de fútbol de cualquier equipo subir al autobús que los lleva a la concentración con algo más que un reproductor de música. Un libro podría despertar la curiosidad de los miles de personas que tienen a los jugadores como modelo.

Mientras tanto y casi parafraseando el título del programa al que me refería antes: ¡POR FAVOR SÁLVATE!

domingo, 5 de diciembre de 2010

Carta a los RR. MM.



Queridos Reyes Magos,

Hacía demasiado tiempo que no empleaba con vosotros este medio como vía de comunicación. Es cómodo hacerse la idea de que con un simple pensamiento sois capaces de tener en cuenta lo que cada uno de nosotros desea para Navidad. No obstante creo que merece la pena hacer un pequeño esfuerzo y poner por escrito los regalitos que estarían bien para estas fechas.

Empecemos:

No dejar de amar.

Me gustaría ser capaz de dominar mis emociones y que no sean ellas las que a veces me controlen a mi.

Transmitir pensamientos positivos y conseguir hacer lecturas enriquecedoras de aquello que me rodea.

No perder las ganas de aprender.

Hacer que mi empatía hacia los demás crezca, no dejar de ponerme en el lugar del otro y entender por qué piensa o actúa de la manera en que lo hace.

Mejorar mi capacidad de escuchar. Poner los cinco sentidos cuando alguien se comunica contigo, sin juzgarlo.

Eliminar mis prejuicios.

Ayudar.

Bueno, ¡un momento! ¡Pero si todo lo anterior no deja de ser algo que depende de mi! En fin, no me quedará más remedio que poner todo mi esfuerzo y empeño en ello. En cualquier caso, vuestra ayuda siempre será bienvenida. Y para que no me echéis en cara que no dejo nada para vosotros, siempre será bienvenido en casa un Apple TV.

Un fuerte abrazo para los tres.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Coge las riendas


Hace unos días escuché en una conferencia una frase de Milton Friedman: "Los grandes avances de la civilización, ya sean en arquitectura o pintura, en ciencia o literatura, jamás han venido de un gobierno central".

Y más allá del contenido ideológico que se le quiera buscar, a mi es una frase que me dice muchas cosas. La interpreto como un llamamiento a la responsabilidad individual. Un grito a la capacidad que reside en cada uno de nosotros de actuar movidos por nuestra pasión, por nuestra necesidad de realización individual, sin necesidad de esperar que otros decidan por nosotros.

Porque en definitiva, el camino, la verdad y la luz están dentro de cada uno de nosotros.
Así que quién mejor que tú para ser el jinete de tu propia vida. El riesgo de caída siempre existe por supuesto, pero nada mejor que levantarte y volver a coger las riendas.