martes, 14 de febrero de 2012

Cuando nos dejamos llevar


Hace tiempo que la idea del "homo economicus" es sometida a revisión. Atrás quedan las espectativas racionales y la tendencia a pensar que siempre está presente nuestro lado racional en la toma de decisiones. 

Los comportamientos previos a las crisis son un claro ejemplo de ello. Nuestra condición humana hace que en más de una ocasión nos dejemos llevar por lo que hacen los demás. No hace demasiados años que pensábamos que el precio de la vivienda siempre iría al alza, y una especie de fiebre compradora y constructora se apoderó de todos nosotros. Pocos eran los que entonces se atrevían a advertirnos del peligro de la resaca que se avecinaba después de aquella borrachera. Y menos los que tenían esas advertencias en consideración.

Dejando a un lado otro tipo de consideraciones (crisis de la deuda subprime, contagios, desonfianza, estructuras productivas, crisis de deuda soberana...) es muy interesante no obviar cómo la condición humana tiende a olvidar rápidamente las enseñanzas que la historia nos deja escritas.

Esta crisis tiene su origen en aspectos no muy distintos a los existentes en pretéritas crisis financieras, pero es difícil tenerlo presente cuando actuamos bajo los efluvios de cualquier burbuja (y no precisamente de las de alcohol).

Seguro que esta vez no será diferente.

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