sábado, 22 de octubre de 2011

Coeficiente de optimismo

 
No paramos de quejarnos. Seguro que no pasa ni un sólo día en que no haya salido de nuestras bocas alguna queja. Parece que estamos abonados a una dosis diaria de victimismo y desánimo. Como ejercicio podemos contar las veces que en un día cualquiera nos quejamos por alguna cosa. Seguro que nos sorprendemos.

Puede que a muchos les resulte interesante ver sólo lo malo que nos rodea y lo mal que todo está. Yo prefiero intentar hacer algo para cambiar aquello que no me gusta, aunque sea a pequeña escala. Decía Gandhi que hemos de ser el cambio que queremos ver en los demás, y no puedo estar más de acuerdo.

En el momento en que nos convenzamos de ser los actores de nuestra propia vida, considerarnos responsables de nuestras acciones y dejemos de buscar tantas excusas fuera, seguro que a partir de ese instante las cosas empezarán a cambiar para mejor.

Tú eliges: ¿qué puedo hacer para solucionarlo? vs ¿quién tiene la culpa de esto que me pasa?

En cualquier caso, siempre puedes recurrir a Emilio Duró cuando necesites una inyección de optimismo aderezada con buen humor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario