O de forma más habitual: dejarlo para mañana, postergar, aplazar, diferir. Algo que hacemos más a menudo de lo que nos gustaría. Quizás porque no nos sentimos con ganas o fuerzas suficientes para afrontar en ese mismo instante aquello que deberíamos hacer. La pereza, el desánimo o la comodidad muchas veces nos vencen o convencen ayudadas por un amplio repertorio de excusas que llenan nuestra mente para engañarnos a nosotros mismos.
Como dice el refrán, no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy. Y menos aún si se trata de un proyecto, una ilusión... un abrazo o un te quiero.
No lo dejes para mañana. Aprovecha el momento y dale una oportunidad al AHORA!
Tenía pendiente este post desde hace bastantes días, donde después de una conversación con Pili en la que me recordaba mi tendencia a posponer ciertas tareas, pensé que sería un buen tema para el blog. Curioso, pero aquí también venció el mañana al ahora.
Gracias Pili. Por todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario