¿Cuántas veces nos decimos esto para justificar nuestra inacción?
¿A qué nos dedicamos a lo largo del día?
¿Cuántos momentos poco provechosos nos acompañan?
Si nos paramos a pensar un instante, seremos capaces de descubrir que en el fondo, lo que realmente nos ocurre es que llenamos nuestro tiempo con actividades en las que nos exigimos poco a nosotros mismos. La pereza y la comodidad nos vencen y lo peor es que señalamos la falta de tiempo como el chivo expiatorio culpable de nuestros males.
¿No podemos dedicarnos unos minutos a parar, respirar hondo y pensar en gestionar mejor nuestro día a día?
Desarrollemos nuestro sentido de la autocrítica y la responsabilidad. Sólo nosotros decidimos cuánto tiempo nos dedicamos. Pensemos en quienes somos, en lo que deseamos, en nuestras prioridades. Y actuemos. Sólo haciendo comprobaremos que la falta de tiempo es sólo una excusa, un calmante para nuestra conciencia.
¡Pruébalo! ¡Busca y encuentra tu tiempo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario